martes, 13 de marzo de 2012

Magnetófono

Jugar con una grabadora. Recitar palabras, párrafos enteros, y fingir no ser tú, creértelo; lograr una, dos, tres voces y hacerlas dialogar, discutir, pelear tu propia existencia; apagar la máquina y seguir escuchándolas.


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Por primera vez en varias entradas vuelvo a redactar un texto compañía (llámemosle así a cualquier texto que acompañe antes o después a un principal). La razón es simplemente señalar la magia del magnetófono de Traveler en Rayuela, Capítulo 47 —"Soliloquio de Talita", le digo—. Aquél uno de mis favoritos y una de las razones de este texto. La otra razón es que estuve —y esto va en serio—, jugando con una grabadora, y haciendo lo del texto de arriba. Una locura, ¿no? Vamos, nunca se es tan viejo...

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