lunes, 21 de enero de 2013

Botón nostálgico

El trabajo que hacía el zapatero era único. Pronto llegó a él la industria y dejó de coser, pero seguía siendo único. Dejó de cortar, pero seguía siendo único. Dejó de colocar ojales, ahora lo hacía una máquina. Pero seguía siendo único. Dejó luego el teñido, el lustrado, y se dedicó pronto tan solo a venderlos. Entonces dejó también de sumar y restar el cambio. Pasó a presionar números y a clasificar, pero también pronto dejaría de hacerlo. Hoy, el pobre anciano zapatero observa a los clientes entrar en su tienda y los saluda amablemente. Los visitantes le contestan, se dirigen al mostrador, hacen su pedido y una máquina les soluciona sus problemas, desde un pasador enredado hasta una suela partida. Entretanto, se preguntan qué hará ese viejo ahí sentado. Siempre lo ven presionar un botón, nostálgico.

.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.

¡La primera entrada del año! Wiuuuuu... Sí, no es cosa para celebrar, he tardado demasiado. Pero ahí tienen, para que se pongan tristes cada vez que vean un botón abandonado en la calle.