jueves, 29 de diciembre de 2011

Dios nunca escucha los rezos

Dios nunca escucha los rezos. No te engañes. Le llegan cartas a su buzón, montones. No las revisa. Permite que se acumulen a la entrada de su puerta, formen montañas y provoquen aludes, pero no las lee. Simplemente, cuando le hacen falta, recoge algunas y las añade a su obra magna: un frágil y magnífico castillo de naipes.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Por qué nunca recibes la visita de Noel

Forzar un aterrizaje en la terraza, maniobrar como piloto profesional y aterrizar, bajar por la chimenea evitando tropezar con la nieve, si la hubiera, pero las chimeneas son estrechas y no muchas casas las tienen... Maldecir a los calentadores electrónicos y al sobrepeso, volver a la nave, encenderla y probar suerte en otro lugar.

domingo, 11 de diciembre de 2011

La rebelión de los botes de basura

Llegó el día, según las escrituras, en que los botes de basura buscaron rebelión. Hartos de ser tratados con desprecio y brusquedad, despegaron sus patas cilíndricas del concreto, y tambaleándose buscaron una víctima.  La plaza. Había muchos, nadie sería capaz de contarlos aunque tuviera un millón de dedos. Se acercaron a la plaza y vaciaron su contenido hasta lograr un cerro todo de basura. "Esta es tu ciudad sin mí". Algunos intentaban alzar los brazos en son de protesta, pero caían. Así comenzó esta tragedia.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Llamada

Insertar la moneda, presionar el botón, digitar el número, adoptar la posición adecuada y prepararse para responder. Debería ser suficiente. "Buenas tardes, con el señor...", y "para consultas, marque 1, para hablar con el señor... marque 2". De inmediato al 2 y el saludo "Buenas tardes, con el señor", y esta vez "le habla el secretario del señor... espere un minuto, por favor". El minuto transcurre y el ansia se eleva. ¿Estará aquél señor?, debería preguntar, pero nunca la dejan. Pasa el minuto: ni el señor... ni el secretario, ni nada. Pronto alguien contesta, y el saludo de siempre "llamé para hablar con el señor...", "él le habla", y una gran alegría por tener ya respuesta. La llamada se corta. Ya no quedan monedas.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Vestido blanco

El flameante doctor se preguntaba por lo blanco de su atuendo. Se paseaba por los pasillos del hospital con esa duda. Hasta que un día, durante la comida, se manchó una manga con ketchup. Entonces comprendió que era un lienzo ideal.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Tiempo libre

Tiempo libre. Cuando las horas se hartan de pasar y apuran su marcha, ingenuas, esperando encontrar más allá un descanso.

martes, 8 de noviembre de 2011

Milagro de parque

Y, como por arte de magia, un evento milagroso. El hombre lisiado echó a andar cuando vio que su lata tenía suficientes monedas.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Adioses

Es simple. Tú cruzas queriendo quedarte, por eso das la vuelta, por eso giras ligeramente la cabeza, por la duda, y luego el torso, intentando quitarte un adiós de la mano al sacudirla.

viernes, 28 de octubre de 2011

Rutina II

Necesito... Necesitar se ha vuelto una costumbre, una necesidad. "Necesito esto, necesito aquello. Necesito un nombre, un apellido, una esposa y... ¡ah!, y también una casa, grande, con vista hacia el mar" y que la maldita arena se filtre por la puerta de entrada para echarla de vuelta. Necesito algo que hacer.

martes, 25 de octubre de 2011

Nada contra uno mismo: Cortando la realidad con un bisturí.

Vivimos en una ficción, no importa lo que pase. Que nos contemos cuentos no soluciona nada, solo amplía las heridas, les dibuja una sonrisa con un bisturí, pero no hay problema, ninguno.Vivimos en una ficción y no lo sabemos, o quizá lo sabemos, pero todo es mentira.

viernes, 21 de octubre de 2011

El grito

 Grita. Que se te escuche hasta la China, muy fuerte. Que tu voz atraviese la tierra y descienda al infierno. Que se hunda hasta el centro y se cargue de fuego. Que continúe hundiéndose y el cielo y la tierra cambiarán de lugar. Grita. Que tu voz sea un ángel caído, o un demonio salido de la tierra, en la China, o tal vez aquí mismo.

martes, 11 de octubre de 2011

Rutina

Teclea. "Sus ojos insomnes y a la vez eternos". Un ataque inútil. Literatura impertinente. "Busco una voz...". El flujo de realidad se detiene. El hombre fue engañado por sus manos o por su máquina de escribir. "Busco una voz..." y nada más. El engaño se prolonga , se convierte en martirio. ¿Una voz que se busque entre una multitud o una voz remota? La voz no llega, ni a sus oídos ni a sus manos ni al papel ni a la máquina. Teclea. No. No teclea. Retira el papel. Más basura.

jueves, 6 de octubre de 2011

De amor y grabadoras

 Ellos se querían, es cierto. Él le decía "te amo" y ella repetía, como una grabadora, y viceversa, como dos grabadoras. "Te amo te amo te amo te amo te amo te amo", hasta que se acabó la cinta.

martes, 4 de octubre de 2011

Conversación

Al viejo le dolía la espalda, le temblaban las manos y las piernas, excepto el bastón. Cojeaba —el viejo, no el bastón— y daba un paso con fuerza, recordándole a la tierra que aún estaba vivo; ésta le respondía recordándole el dolor en los huesos, allí donde reside el alma. Así conversaban todas las tardes, cuando salía a andar.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Hombre crecido

Así le hablaba a su padre cuando crecía demasiado y se llevaba las manos al cuello de la camisa, acomodándola, y también la corbata. Así le hablaba, como quien le habla a un extranjero, vocalizando cada palabra, cada sílaba, cada sonido, así, como con respeto, pero con alevosía. Se llevaba las manos a los bolsillos del saco y suspiraba aliviado, triunfante, aunque había perdido el juicio.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Hay que unir puntos


Hay que unir puntos, como en los formularios, en los que erróneamente se escriben los nombres. Unir puntos como si niños, esperando alumbrar una forma harto conocida, pero sin ello. A saber, con instinto creador, que los hay pocos.
O que los puntos me unan a mí, o a nosotros, resignarnos a ese hastiado destino; permitir que se vuelvan en Dios y nos tachen con un lapicero o con una rama sobre arena húmeda, como si fuéramos puntos, o no.
Hay que unir puntos con las estrellas, con las aristas, con elefantes vistos desde lejos, o en campeonatos. Volvernos dioses y asir el fin con un punto.

martes, 30 de agosto de 2011

La censura de la muerte en el discurso social

“Cuando yo me muera…”, “No hables de muerte, por favor, que eso está lejano”. Y mi pregunta es ¿qué tan lejano? Es decir, habría que ser un adivino o un visitante del futuro para poder saber cosas como esa. La muerte siempre está presente, aunque se la suela evadir por considerarla un tema impropio o poco bonito, pero ¿por qué evadir algo incierto?, ¿por qué intentar engañarse, hacerse creer que la vida será eterna y la finitud es una característica que no nos corresponde sino cuando nos cansemos de la vida, que es el momento en que finalmente la tomamos en serio y al intentar decirlo alguien nos censura con un “no hables de muerte, por favor”, como si el solo roce del tema lo lastimara como espina venenosa?
A este punto alguien dirá lo que tal vez ya estuvo pensando desde el inicio de la cuestión, y a lo que acabamos de llegar por una sencilla reflexión: que es obvio, que la muerte, como tema, debe evitarse por ser algo doloroso. ¿Doloroso para quién? Los muertos no sienten. ¿Los vivos? Sí, tal vez así sea, pero ¿cuál es el origen de aquel dolor? La respuesta inmediata está posiblemente en la aprehensión del “otro” como parte de uno mismo.
Ciertamente las relaciones construyen la identidad y las identidades externas que son más bien internas por ser construidas por uno mismo, por ser hechas desde adentro. Estas identidades externas, que son las imágenes de los “otros”, adquieren una relación de dependencia con sus seres de origen, es decir, con los otros-auténticos, aquellos a los que nos es imposible llegar. De esta manera, la desaparición del otro-auténtico provoca una crisis en su imagen ideal, identidad externa para algún individuo cercano. Entonces se afecta también el sistema ideal, la identidad auténtica del individuo afectado, y ocasiona una especie de dolor interno aparentemente inevitable.
Tal vez no esté muy claro, pero la razón de todo esto parece encontrarse en la relación “otro- ideal-otro-auténtico”. Si dicha relación tuviera una naturaleza menos dependiente tal vez el sufrimiento ante la desaparición de un otro auténtico, parte de la identidad auténtica del individuo, sería más asimilable. Ahora bien, ¿qué hace de esta relación algo dependiente? Sin ninguna duda el grado de la relación entre ambos individuos. Pero además de ello la censura de la muerte en el discurso social.
La muerte, fin del proceso vital de un individuo, tan natural como es, ha adquirido diversas connotaciones en las culturas alrededor del mundo. El paso a una nueva vida (reencarnación), el paso a la vida eterna (privilegio de los buenos) o a la desgracia eterna (el infierno, el Hades, etc.), el fin completo del universo (el individuo como creador),  el simple fin de la vida, etc. Ante tantas posibilidades de respuesta, es prudente tomar lo más sencillo a fin de evitar errores. Así pues, trataremos a la muerte como el simple fin de la vida, que es un concepto presente en todos los demás, aunque con ciertos matices.
Como bien mencionamos al inicio, es común que alguien te intente callar cuando empieces a hablar de muerte, y más si esta persona es muy cercana. Hemos dicho también que esta evasión se debe a que se ha convertido en un tema desagradable. En ese sentido, tal vez si no lo fuera, si en su lugar fuera un tema común, la crisis de identidad provocada por la muerte del prójimo sería más asimilable. Dijimos lo mismo respecto a la relación otro-ideal-otro-auténtico, y es que estos dos elementos (lo común de la muerte como tema y la relación de identidades) se complementan.
Aquí hay algo muy curioso, refiriéndome a dicha complementariedad. La censura mantiene a la muerte como un tema desagradable. Es como si quien censura quisiera que continuara de esa manera, una reproducción de sentidos bastante evidente, y este deseo se encuentra en que escapar de dicha censura es un proceso también desagradable dado su grado de enraizamiento en el individuo. A menos que el sentido correcto se encontrara en la elevación del ego y el reconocimiento social. En este último caso, las cosas sonarán tal vez un poco más atrevidas, ya que estaríamos ante una situación parecida o quizás exagerada de aquella familia del cuento “Conducta en los velorios” de Julio Cortázar.
Claro que con esta última comparación nos referimos a un deseo camuflado, tal vez también censurado porque el orgullo es mal visto. Estaríamos ante la posibilidad de que, inconscientemente, el individuo mantiene a la muerte como un hecho negativo, ya que es así aceptado socialmente y es necesario mantenerse como parte del grupo. Así, como la familia del cuento, nuestro dolor significaría una hipocresía, un simple quedar bien con los demás.
Ciertamente el reconocimiento social, el reconocimiento del uno por parte del otro-auténtico como otro-ideal es una de las principales necesidades de la identidad del ser humano. También es cierto que la muerte desequilibra las relaciones sociales, y que es inevitable que no suceda. Sin embargo, es posible —y es la tercera vez que lo menciono—que aquella crisis se hiciera más asimilable si la censura se difuminara y la muerte fuera vista como lo que es: un hecho innegablemente común.

sábado, 30 de abril de 2011

In memoriam

Siempre existe un motivo detrás de cada publicación que hago por aquí. Curiosamente, aunque todos tienen en común las ganas mías de compartir algo, siempre he mantenido una actitud especial y he dicho cosas como "hay libertad de interpretación". Eso es cierto. Me parece ridículo imponer una interpretación como absoluta. Los seres humanos son bastante distintos entre sí y sus opiniones también lo son, así que tenemos una gran reserva de apreciaciones, infinitas maneras de ver el mundo, que es lo más común entre nosotros. No obstante todo lo dicho, esta vez me aventuro a dirigir sus visiones de lo que quiero presentarles. Y no es porque haya cambiado de opinión con respecto a la libertad, sino porque lo veo necesario.
Esta vez, el poema está dedicado a los escritores que han tenido algo (mucho o poco) que ver en que yo siga, neciamente, escribiendo. Lo malo que éste sea tendrá principalmente que ver conmigo. Me hago responsable. Lo demás lo dejo a su libre interpretación. Gracias [ =) ]

In memoriam

Los íntegros deseos
de rebelión ansiosos
que buscan libertades,
que sufren sus demonios,
han quebrado sus voces
lanzadas al vacío.
No escucharé más canto
de espíritu anhelante
ni auscultaré de nuevo
una nueva insurgencia.
Evocaré al vacío
la música infinita,
los ecos inmortales,
y me uniré en su canto.
Un íntegro deseo
de rebelión ansioso
perdurará en silencio.

.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.

FIN [ ;D ]

viernes, 15 de abril de 2011

Falso Pinocho

Imagen tomada de Aquí

Danza hipotético el niño
de piel color de caoba,
lucha sus duras articulaciones,
truena sus partes, camina.
Anda con mucho sigilo,
preso de un blando "tap tap",
próximo a descalabrarse,
a caer sin dolor
sobre el piso de piedra.
Mueve los ojos ansioso,
lucha hipotético su condición,
solo, sin hada madrina
ni bicho parlante.
Danza hipotético el niño
de piel color de caoba,
camina estridente,
con mucho sigilo...
buscando a su padre.

.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.

Buen día, señores... Perdí algunas cosas. Primero, el control de los capítulos de lo que publico en Errror de Imprenta. Luego, creo que la cabeza, porque ahora mismo estoy en la nada —sí... la mismísima nada—. Pero no les diré cómo es la nada... Olvídenlo.
Esta cosa que publico hoy aquí ha sido muy divertida de hacer. No me tomó mucho tiempo, pero me ha agradado tomar como referencia a un personaje clásico. No sé ustedes. Seguro algún día sabré qué piensan al respecto. Por ahora solo les agradezco estar por aquí... ¡Adiós!

domingo, 10 de abril de 2011

Algoritmo

La solución disuelta
de los matraces tercos
sobre la mesa austera
de musitares huecos
se escabulló en el suelo
de geografías toscas,
fotografías rotas
y medicinas muertas.
La solución disuelta
se escabulló en el cielo
de los paisajes falsos
[fotografías rotas]
y descubrió el incendio:
un cálido amarillo
desfiguró el recuerdo
sobre aquel suelo tosco
junto a la mesa austera
de los matraces tercos
que le vertían cieno.

.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.

Esta cosa se llama "Algoritmo", pero ahora me parece que también sería bonito el nombre "Reflejo" o "Espejo"... no obstante, acabo de decidir que más me gusta Algoritmo y así quedará... Tal vez las palabras de la composición les evoquen a un laboratorio. Tal vez. Si algo tengo que decirles al respecto, es que es lo que deseen, como siempre. No existe una interpretación única. Hay libertad, señores. Somos libres. Seámoslo siempre ♫. Por eso mismo les agradezco, por usar su libertad para leer mis extravagancias (no extra-vagancias, sino extravagancias [ u.u ]). En fin. Me despido. Adiós.

lunes, 4 de abril de 2011

Más allá

http://1dia1foto365momentos.wordpress.com/2011/04/04/laborioso/

De aquí a allá
se pasean mis ojos.
De aquí a allá.
Enfocan,
observo,
de aquí a allá.
Observo,
enfocan
concreto pulido
y hormigas soldado
buscando refugio
de aquí a más allá,
más allá de mis ojos
se ojean mis pasos.

.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.

Oh! Claro, lo mismo de siempre... blablerías [ DX ]

*Foto tomada de http://1dia1foto365momentos.wordpress.com/2011/04/04/laborioso/

martes, 22 de marzo de 2011

Risa circense

Una multitud que grita
y un hombre que es la víctima
de sus gritos.
Un salto por parte del hombre
y un grito de sus enemigos.
Otro salto,
un ataque metafísico
a sus existencias,
y un grito más fuerte.
El grito se prolonga,
los abdómenes duelen:
el hombre ha ganado.

.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.

Así es, extraños, yo los he visto riendo y me he espantado a tal punto que me ha provocado un trauma. Ese trauma me hizo hacer esto... No me culpen, ustedes rieron, yo no. Pero igual, gracias por leer [ u.u ]

sábado, 12 de marzo de 2011

Déjà Vu

Una precognición y un resorte,
una maniobra mortal,
una mentira.

Polvo amarillo desprenden,
polvo amarillo:
le dan efecto a sus saltos.

Un resorte y una precognición,
una esfera cristalina,
una copa,
un mazo de cartas
(un augurio).

Polvo amarillo desprende
un resorte metálico,
sobre la copa
sobre la esfera
sobre las cartas.

.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.

Ajá...
Déjà Vu, o paramnesia: Accidente mental que se caracteriza por la extraña sensación de ser un viajero del tiempo.

Así es... Soy un viajero del tiempo [ =D ]

lunes, 14 de febrero de 2011

Viajero

Pasos arraigados
a la tierra,
vista sumergida
en las fronteras
de las urnas
de un presente incalculado...
dejan en la tierra
su presencia...
[vil ausencia]

Pasos angustiados
por la tierra,
brazos contenidos
por las lianas
de los vientos
de un pasado ya olvidado...
dejan en la tierra
sus heridas...
[sus heridas]

.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.

Bien. Aquí los he traído, a un mundo extraño llamado Realia. Sí, yo me aparezco después de casi un mes...pero aquí estoy... Esta cosa que acabo de presentarles fue producto de andar imaginando cosas extrañas, como siempre... tal vez crean que deliro, pero no... al menos eso creo... o eso creo...

domingo, 9 de enero de 2011

Sueños vacíos

Y le niego a mis espaldas la blandura de las nubes,
me sumerjo en la esperanza
de alcanzar alguna estrella
cuando llegue a mi mirada
la sensación de la noche...

Cuento las horas, minutos, mientras consumo mis ojos,
enciendo lunas inversas
sobre los mares oscuros,
contemplo gracias etéreas,
extiendo el tiempo en sollozos

Y diferencio siluetas que vuelan sobre lo intacto,
que se despiden inciertas
sin un intento apropiado,
y que renuncian enhiestas
a conducirme hacia el claro

¡Míticos sueños vacíos!
¡Lúgubre unción de mortales!

.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.

Después de un tiempo, la primera entrada del año. En realidad no tiene nada de especial que sea la primera del año, pero sirve para establecer un orden...un orden en una completa fatalidad que parece reducirse a una ausente armonía.
Este poema, si así puede llamársele, me ha liberado de alguna manera de las sucias tendencias a lo inútil. Por eso gracias, y, a los que leen, que han de ser pocos, la misma palabra.