Dios nunca escucha los rezos. No te engañes. Le llegan cartas a su buzón, montones. No las revisa. Permite que se acumulen a la entrada de su puerta, formen montañas y provoquen aludes, pero no las lee. Simplemente, cuando le hacen falta, recoge algunas y las añade a su obra magna: un frágil y magnífico castillo de naipes.
2 comentarios:
Espera a que se junten un montón de los rezos en su buzón de correo electrónico (sí, Él está al tanto de la tecnología), busca la opción "no leídos", luego da click en "marcar todos los mensajes como leídos" y listo. Así lo hace una vez al mes.
Eso no lo hace menos puto
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