martes, 29 de diciembre de 2009

Una despedida

Desempolvando libros olvidados
en mágicos estantes escondidos
detrás de los colores encendidos
que suelen presentarse

Enmohecidos vi millones de ellos
y hasta un tanto más casi extinguidos
a los que al solo tacto deshacían
las yemas de mis dedos

Y un cielo raso decorado en líneas sueltas
demostraba con cuidado su agonía
en luces, hermosura y pronto en vida
con todo aquello que veía

Desempolvando libros escondidos
brillaba en uno de ellos sus palabras
y despertó en mí ansias y esperanzas
también de poseerlo

Pero fue grato solo su saludo:
perdió aquel brillo y convirtiose en polvo
dejando entonces en mis manos nada
más que una despedida.
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Bien, esto fue escrito en agosto ^^

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